jueves, 5 de abril de 2012

¡Ese matón e nuetro!

Dirigidos por el mismísimo Broggol Buscafauces, la hueste de los vendidos de Osggluk se había adentrado en el territorio de Grazo con la intención de devolverle la afrenta a los adoradores del Caos y si se presentaba la ocasión apoderarse de todo el botín y el territorio que pudiera.

Había llegado la hora de demostrar a todos esos minúsculos enemigos el poder de un verdadero Buscafauces. El gran dios dentudo de los ogros pondría en su lugar a todos los enemigos que osaran enfrentarse a Broggol.

Cuando llegaron a las fronteras del territorio pielverde, los Buscamundos partieron como avanzadilla para explorar el terreno. No tardaron en regresar con noticias de una hueste del caos que se dirigía a Cuerno Ensangrentado.

Broggol decidió que era hora de zanjar el asunto de la captura de Osggluk por la fuerza. Aplastaría a esos viles adoradores de Tzeentch de una vez por todas.

La horda de ogros atravesó las estribaciones de las montañas y en un pequeño valle dominado por unas ruinas de un antiguo templo Khainita divisó al ejército del caos desplegándose.

Una gran horda de caballería comandada por un corpulento paladín montado en un oso descomunal y antinatural tomaba el flanco del campo de batalla. Los malditos templetes jalonaban las unidades de guerreros del caos que se disponían en el centro de la línea de batalla. Y un abominable engendro mecánico de los enanos del caos dominaba el otro flanco detrás de un bosque de abetos. Un escalofrío recorrió la barriga del ogro al divisar el impío estandarte del ejército. Una maraña de harapos y restos de enemigos que intranquilizó al déspota al instante.

Era hora de lanzarse a la carga. Sin embargo aquella imagen aberrante del estandarte distrajo a los ogros que apenas adelantaron su línea de batalla. Sin embargo Lasggluk, el joven matón y líder de los Babosos, adelantó a su unidad a través del bosque para ganar el flanco. Las bestias gélidas de los ogros lanzaron su gélido aliento, pero el calor del verano disipó sus efectos. Los Buscamundos descargaron sus grandes pistolas y apenas arañaron la armadura cargada de energía mágica del portaestandarte del ejército caótico.

Entonces los jinetes enemigos espolearon a sus monturas y se dirigieron contra la mole del colmillos de trueno que estaba frente a ellos. La bestia exhaló su frío y entumeció a los jinetes. Pero la inhumana velocidad del Señor del Caos, le permitió asestar un gran golpe a la criatura. La bestia y sus jinetes trataron de defenderse acabando con algún caballero. Estos devolvieron los ataques y la bestia trastabilló de dolor. A punto estuvo de derrumbarse, pero el rugido de Broggol la hizo mantenerse firme.

El resto de la línea del caos se adelantó y el cañón infernal lanzó su carga demoníaca sin causar estragos en las líneas de los ogros. Los templetes invocaron las energías de los dioses oscuros y las unidades de guerreros recibieron sus bendiciones. Una de ls unidades empezó a brillar con un fulgor demoníaco que con solo mirarlo infundía un pavor sobrenatural.

La reacción de Broggol no se hizo esperar. Lanzó a los Tripasférrea contra el flanco de los caballeros mientras que los Buscamundos atacaron. Los cabaqlleros fueron diezmados por la élite de las tropas ogras mientras que el desafiaba al propio Dragnak. Los seguidores del caos supervivientes huyeron para slvar su vida pero fueron arrasados por la furia de los ogros, chocando contra las filas de los guerreros del caos sin poder refrenar su ira.  Sin embargo la gran bestia de hielo murió durante el combate sin que sus jinetes pudieran evitarlo. 

Mientras las fuerzas de los ogros cargaron contra el resto del ejército del caos. Los guerreros del caos fueron diezmados por los ogros y la otra bestia de largos colmillos, a pesar de que los ogros sentían un miedo aterrador a las llamas blanquizules que salían de sus armaduras sin consumirles. 

Los supervivientes del caos contratacaron. Los templetes cargaron con toda su furia a los Trotamundos y a Sbablog el Baboso, el gigante sometido de la tribu. Los guerreros despedazaron a varios Tripasferreas, haciendo huir a la unidad escolata de Broggol sin que este pudiera evitarlo. El gran cañón del caos se lanzó contra los Babosos.

Los restos de la hueste del caos presentaron una feroz batalla, incluso estando en clara minoría. Pero fueron diezmados poco a poco. La gran bestia de hielo acabó con el hechicero de Tzeentch, el gigante y los comehombres destruyeron los ídolos del caos. Y el cañón fue finalmente silenciado por los Babosos de Uggluk. 

Para cuando el déspota logró reagrupar a los tripasduras, la única unidad de guerreros en pie estaba siendo aniquilada con gran ferocidad por los ogros. En ese momento Broggol se adelantó y, antes de que Börak el panzafuegos inmolara al portaestandarte del caos, agarró al corrompido humano del cuello y le dijo:

- Regresa a tu guaria y di a tu señó que ¡Ese matón e nuetro!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario