jueves, 26 de enero de 2012

Duelo de Energías

A lo largo del primer mes de la primavera los seguidores de Tzeentch se encontraron con la cuchipanda ogra liderada por Draggak el Hambriento. El maestro carnicero de la tribu de los Hambrientos decidió abandonar las Montañas donde vivían cuando Broggol Buscafauces tuvo la revelación de que debía llevar a su tribu hacia su dios: Las Grandes Fauces.

Cuando llegaron a las Tierras Yermas, los rumores sobre el advenimiento de la Fortaleza de Frozzik circulaban por todos los caminos y las tabernas, las caravanas que asaltaron,... Draggak (que no tenía ninguna intención de arrojarse realmente a las Grandes Fauces, pero que no veía el momento de destronar al Déspota) convenció a Broggol sobre la gran ofrenda que sería llevar la Fortaleza a las Grandes Fauces. 

Así que toda la tribu decidió establecerse, repartir mamporros y hacerse con las Tierras Yermas.

La primera orden del Déspota fue que Draggak se dirijiera hasta el Imperio de los esbirros del Caos y trajera algunos artefactos mágicos al campamento. 

Los dos ejércitos se encontraron en el Paso de las Montañas del Fin del Mundo. Allí las filas de los ogros se apostaron frente a las hordas bárbaras, un Jorum Portavoz de Tzeentch (un poderoso hechiceros del Caos), una monumental pira dedicada a su dios y montada sobre un carro, un cañón demoníaco comandado por unos Enanos del Caos provenientes de las Montañas del Fin del Mundo (que esperaban poder capturar algunos Ogros como esclavos para sus minas) y una magnífica selección de hábiles guerreros consagrados al caos cuyas armaduras crepitaban a la luz de los rayos que salían del estandarte de la unidad. 

Las filas robustas de los Sacatripas de Draggak y los Babosos, la unidad comandada por Uggluk, su portaestandarte se situaron en el flanco para acabar con los norses. Algunos yehtis bajaron de las nieves perpetuas de las montañas y comenzaron a acercarse desde el flanco izquierdo. Un gran cañón de los Titanes de los Cielos , la reliquia más importante de la tribu, y dos grupos de ogros armados con cañones robados por el camino, se pusieron en el flanco derecho para intentar acabar con los artefactos del caos. 

Las hordas enemigas se aproximaban irremediablemente mientras los ogros se apresuraban a cargar contra los bárbaros. En apenas unos momentos de feroz combate toda la unidad de bárbaros se hallaba en el suelo moribunda.  El rinobuey trastabilló varias veces y el gigantesco cañón no pudo hacer blanco en ninguno de sus intentos de alcanzar a sus enemigos. Los sueltafuegos dispararon varias andanadas pero apenas causaron bajas en los guerreros del caos gracias a la magia que rodeaba su unidad. Los yehtis se apresuraron a rodear al ejército del Caos para acabar despedazados por el Gran Templete del Caos. 

Poco después las filas de disparo de los Hambrientos fueron despedazadas por los guerreros del Caos y, a pesar de que Draggak consiguió que una pequeña manifestación de su dios engullera al cañón del caos, fue imposible conseguir herir a Jorum que usurpaba continuamente la mente del Maestro Carnicero para utilizar sus poderes en su contra, recuperando gracias a la magia Ogra sus heridas.

Finalmente las hordas del Caos cayeron sobre las unidades de ogros y fueron diezmando sus efectivos hasta que solamente quedó Draggak frente a los guerreros del caos intocables, a Jorum y al temible templete. Gracias a su corpulencia y sobre todo a su testarudez sobrevivió en combate singular. Magullado y herido consiguió escapar de sus enemigos gracias a la rápida intervención de algunos jinetes de Dientes Martirio liderados por Troggol el Solitario, el cazador hermano de Broggol.. 

Mientras se retiraba miró fijamente a la figura del Hechicero y juró vengarse antes de que acabara la estación.


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